La pálida autoridad de Santos y el gesto político del ministro Valdés signan un derrotero sin visos de luz hacia el final
Valdés y Santos no llegaron a acuerdos hoy en Cajamarca.
El quiebre del diálogo tras una acalorada reunión entre el presidente del Consejo de Ministros, Óscar Valdés Dancuart, con el presidente regional cajamarquino, Gregorio Santos, y otros dirigentes de los frentes de defensa de la región ha marcado un nuevo capítulo en la resolución del conflicto antiminero por Conga. Para algunos, Valdés se hizo imponer al impedir la entrada del dirigente Wilfredo Saavedra a la reunión. Para otros, su insistencia en que el acta de acuerdos sea rubricada por Santos en el acto ha constituido una bravata, un gesto político poco hábil y que erosiona los puentes que se venían tendiendo.
Aún así, la vehemencia del titular de la PCM para sellar un avance en la negociación ha sido parte del fracaso de esta tarde en Cajamarca. Para el analista Fernando Rospigliosi, el Gobierno viene “actuando muy mal y con o sin Saavedra de todas maneras pierde”. “Está cediendo completamente a las demandas antimineras, el hecho más concreto es que Conga está paralizada desde el 24 de noviembre y Valdés le va a pedir a la minera que retire sus maquinarias. Las cosas van a empeorar porque ellos se sienten más fuertes y el próximo año vamos a ver un estallido de conflictos sociales”.
Pero cómo se condice ello con el gesto de hoy. A pesar de haber sido enérgico, no se marcó ningún avance en la reunión. De hecho, la percepción de los manifestantes y el gobierno regional ha sido que “el estilo militar está haciendo ceder al estilo político”, de acuerdo al también dirigente cajamarquino Marco Arana, en conversación con elcomercio.pe.
“Lo que él ha hecho (Valdés) es venir a Cajamarca pensando en que Conga va sí o sí, en vez de llegar diciendo que el proyecto debe ser evaluado. Ha pensado que venía a dar órdenes a un cuartel, cuando la idea era discutir y determinar cómo se revisaría el estudio de impacto ambiental (EIA)”, afirmó.
El rumbo emprendido no alcanza para acercar la solución, y ello se evidencia en el manejo que se ha tenido ante problemáticas similares en los últimos meses también en Cañete, Madre de Dios, Andahuaylas.
Más aún, sienta un precedente para este tipo de conflictos, pues, opina Arana, “Conga condensa los problemas de todos los otros conflictos mineros y arriesgar todo a Conga es arriesgar otras inversiones mineras, pero esa polarización es negativa. Que se retrase Conga en realidad no tiene por qué impedir que continúen otras operaciones mineras”.
¿Hasta qué punto este resultado es fruto del estilo Valdés? Rospigliosi cuenta que quienes conocen a Valdés dicen que tiene un carácter “un tanto explosivo y eso explica estos gestos”, que surgen en un contexto en que el gobierno está transando y cediendo en todo, lo que configura “muy mal manejo de los conflictos”.
Viene una tregua natural para el Gobierno, casi salvado por la campana, pues las fiestas de fin de año relajan la tensión de muchos conflictos y no es novedad que estos bajen en su intensidad en los primeros meses del año aunque “por lo general se reinician en abril” indicó Rospigliosi y añadió que el 2012 “va a ser muy complicado si se sigue cediendo de esta forma”.
Para Arana, también el precedente marca un derrotero donde se puede arrastrar a las poblaciones a volver a implementar medidas de lucha “con la sospecha de que cuando eres pacífico no eres eficaz”.
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